Abundan cantidad de mitos en referencia a la edad madura y el
sexo.
Desde los problemas de impotencia o post-menopausia hasta quien afirma que,
directamente, a partir de los 60 no se tiene apetito sexual. Sólo las
enfermedades psíquicas y orgánicas pueden afectar el deseo sexual.
Ciertos problemas
como la artritis u otras dolencias musculares pueden suponer un auténtico
problema a la hora de mantener relaciones sexuales. La diabetes o los problemas
circulatorios pueden conducir a la impotencia, y con la edad, la mayoría de las
mujeres sufren de sequedad vaginal.
Por lo tanto, una
vez más, gozar de buena salud es la clave para disfrutar al
máximo de la sexualidad.
Pero a cualquier edad podemos seguir teniendo el mismo deseo, y si tenemos
algún problema que nos lo impida, es necesario que nos pongamos en manos de un
profesional.
Por ejemplo, la Viagra, el famoso fármaco, combate la impotencia de más de 10
millones de hombres sólo en Estados Unidos. A raíz de su descubrimiento, ha
habido una gran tendencia investigativa en todo lo relacionado a la ciencia
aplicada al sexo.
Los especialistas
coinciden en que el órgano más importante en la sexualidad, es el
cerebro. Cualquier
temor o inseguridad se puede convertir en el mayor impedimento a la hora del
coito. El principal miedo de los hombres suele ser su erección, mientras que el
de la mujer suele vincularse más a su presencia física; no sentirse erótica y
sensual. Es cierto que la edad va vinculada a ciertos cambios inexorables, pero
precisamente por eso hay que asumirlos con naturalidad.
Además, a edades muy
avanzadas, es muy frecuente la pérdida del deseo para el sexo porque no tenemos
pareja estable. Casi la mitad de las mujeres mayores de 65 años son ya viudas.
Pero todavía
proliferan las ideas anticuadas sobre la masturbación, que todavía son más en
el caso de la masturbación femenina. Incluso los propios jóvenes no tienen
asumida la vida sexual de sus padres o abuelos, es un tema tabú, o directamente
dan por hecho que los ancianos no tienen sexo porque ya aborrecen el cuerpo de
su pareja, y la simple idea de que estén equivocados les parece denigrante y
despectivo. Es un problema educacional que todavía queda muy lejos que
superemos, pero entre todos debemos cambiar.
El sexo es fabuloso a cualquier
edad y una buena vida sexual proporciona autoestima y placer.
Admitamos sin miedo nuestras necesidades y por supuesto, si tenemos algún
problema que nos impida tener una sexualidad normal, debemos hacer lo posible
por solucionarlo sin miedo, empezando por acudir a un especialista.
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