sábado, 25 de febrero de 2012

El contagio emocional

Todas las personas de nuestro entorno nos tramiten su energía y comparten con nosotros sus estados  de ánimo y sentimientos pero va mas allá de eso ya que el estado anímico de las personas de nuestro entorno influyen en nosotros mismos.
Cuando nos sentimos eufóricos o tristes sin causa aparente es porque las emociones intercambiadas con los demás a lo largo del día son las que terminan por  determinan nuestro estado anímico.
Debido a ello, tendemos a relacionarnos con las personas que nos cargan las pilas y a evitar las personas que nos absorben la energía.

Estamos expuestos al contagio emocional de los demás y ello incluye todo tipo de emociones positivas y negativas ya que los sentimientos son mucho más contagiosos que las ideas.
Las personas más sensibles se contagian con mayor facilidad, mientras que las menos sensibles pueden sobrevivir al más tóxico de los encuentros sin sufrir grandes daños emocionales.

Todas estas emociones y sentimientos compartidos hacen que quienes nos rodean se vayan forjando una idea de nosotros a través de los sucesivos contagios.
Sin embargo , tenemos la oportunidad de dejar de transmitir accidentalmente emociones negativas y elegir de forma consciente lo que queremos enviar a los demás.


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