En el campo de la psicología,
se entiende la superstición como el resultado de la
manera prejuiciosa de juzgar la información que tiene nuestro
cerebro. Un prejuicio cognitivo, es una distorsión cognitiva en
el modo en el que los humanos perciben la realidad. Algunos de estos procesos
han sido verificados empíricamente en el campo de la psicología, otros
están siendo considerados como categorías generales de prejuicios.
En algunas sociedades humanas se aprecia un proceso de decaimiento
de las supersticiones. Sin embargo, este proceso no es lineal, como lo
demuestra el auge que están teniendo la quiromancia y
los exorcismos en Italia y Europa. Para el individuo
supersticioso, la superstición cumple un papel positivo de estabilidad para
la psiquis, por medio de los mecanismos de defensa. Los actos
apotropaicos, como decir «¡Jesús!» tras un estornudo para rechazar la mala
suerte, tocar madera, cruzar los dedos o santiguarse, tienen esa función de
«curar» la mente.
Otros temas importantes en relación con las supersticiones son: el
estudio del llamado pensamiento mágico, de la religión como un
tipo de creencia supersticiosa, los trastornos obsesivo-compulsivos y
la esquizofrenia como enfermedad mental.
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